¿algo que objetar?

Eso me preguntó, me miró de frente con la libreta en la mano. A mi me temblaba la voz y sentía que no podia abrir la boca. Repitió otra vez la pregunta y mi respuesta fue la misma, un bloqueo total. Cerró su agenda y se alejó de aquella horrible lámpara de interrogatorio con unos pasos pesados y secos. Se me acercó hasta que me obligó a poner los ojos vizcos y formuló otra vez "¿algo que objetar?" con un tono grave y embotado. Aprete la mandíbula, estaba dispuesto a decírselo, mi corazón se percató de lo que iba a hacer y empezó a latir tan fuerte que movia levemente mi camiseta y martilleaba mis oidos.

"Déjeme decirle, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esa cualidad"

sábado, 22 de octubre de 2011

puedes modelarme

No sé amar, no te sorpendas:
del fallo, del bache de mi miedo
no paso, no puedo yo sólo.
Son piedras cristalinas los segundos
de ilusión en que creo que tú
y yo habitaremos nuestro consuelo.
Pero no sé amar, no te sorprendas:
temo embarcarme sin marineros,
sin capitan sabio con sombrero,
al fin y al cabo, tu mano y la mia
haciendo por la vida de señuelo.
Pero no se amar, no tengas celos,
que te doy un rubí en bruto
para pulirlo a tu deseo,
mas la forma está en su seno,
no lo fuerces sin tus dedos:
no uses herramientas ajenas
que nocomformen nuestros cuerpos.

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