¿algo que objetar?

Eso me preguntó, me miró de frente con la libreta en la mano. A mi me temblaba la voz y sentía que no podia abrir la boca. Repitió otra vez la pregunta y mi respuesta fue la misma, un bloqueo total. Cerró su agenda y se alejó de aquella horrible lámpara de interrogatorio con unos pasos pesados y secos. Se me acercó hasta que me obligó a poner los ojos vizcos y formuló otra vez "¿algo que objetar?" con un tono grave y embotado. Aprete la mandíbula, estaba dispuesto a decírselo, mi corazón se percató de lo que iba a hacer y empezó a latir tan fuerte que movia levemente mi camiseta y martilleaba mis oidos.

"Déjeme decirle, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esa cualidad"

jueves, 13 de octubre de 2011

Casquería

Qué será de ella si queda en el pasillo

Clausurada sus ventanas y testigos,

Encerrada por su temor de zarcillo.



Esta vida se nos achica,

se nos encoje amor mío,

perdí tu nombre en una acera

lo dejé junto al vómito

que dan las borracheras

de esas que dejan afónico

¡Para no dejarte palabras,

Ni una, ni un chico chisteo

Y menos aun un susurro sincero!

La noche me mate, ¡carnicero!

De las vísceras del alma,

Póngame un quilo y medio

¡Dame sonrisas falsas

Dame clamores inciertos,

Dame miradas vanas!

Dame sacos de rarezas,

De besos sin nervios

Ni sentimientos de grandeza,

Dame jodida carne

Dame lo que se lleva.

(de tú a tú)

Venga carnicero,

el cuchillo jamonero

corta las caricias del

azul del cielo.

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