Vuelvo a escribir ya cansado de azulejos,
Los mudos oyentes de mis miradas.
El peso de las noches son livianos,
Pero otras contemplo cada respiración.
Vendí mi mundo a la quietud
y lloré en una instancia muy lejana.
El ascua que no dejé al viento
La guardo por si recobro la razón.
Y sí, me desangre y quedé seco:
Un niño envejecido sin ataúd.
Esto, esto no es un verso,
No busco lo que otros al laúd,
No quiero ser ni Bécquer ni Espronceda,
Ni leeré más poemas de cromañón.
En esta estrofa no caben críticos
No busco armonía si no soy yo.
Ama es un imperativo, una forma, una alusión,
Tan lejos, yo maldigo, como dijo Hernández,
Agua en la distancia, sí, pero sed alrededor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario