No pidáis que arraigue raíces
En tierra de asfalto y cemento,
Juro que lo intenté en vano:
Tallo mustia y flor no florece.
No cabrá nunca concepción
Ni del hombre ni de sus lamentos.
Y un llanto de quebranto,
Una sombra más oscura
Regocijada por el silencio
Acecha en abortos de palabras,
Y noto su peso en el pecho.
Ciencia perece cerca de mí,
Yo la vi sin techo,
Desmedrada y moribunda.
¿Qué harán los confiados,
Más bien los cobardes
Que le entregaron sus sueños?
No temáis,
la vida aún guarda secretos.
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