Si me permitiera mi cárcel muda
Con barrotes de tristeza hiriente,
te miraría asustado,
con el corazón de un solo latido
Porque no se distingue pausa.
Mis dedos cobran con su duda
Con el don de su vital corriente,
De tacto tan delicado,
Rozaría tu mejilla cuello y cuerpo
Porque no se distingue pausa.
Y el concepto pierde la cura:
se ve que es de viejo demente,
Aún así nos arropamos
generando libros como atlas ilustrados
Porque no se distingue pausa.
¿algo que objetar?
Eso me preguntó, me miró de frente con la libreta en la mano. A mi me temblaba la voz y sentía que no podia abrir la boca. Repitió otra vez la pregunta y mi respuesta fue la misma, un bloqueo total. Cerró su agenda y se alejó de aquella horrible lámpara de interrogatorio con unos pasos pesados y secos. Se me acercó hasta que me obligó a poner los ojos vizcos y formuló otra vez "¿algo que objetar?" con un tono grave y embotado. Aprete la mandíbula, estaba dispuesto a decírselo, mi corazón se percató de lo que iba a hacer y empezó a latir tan fuerte que movia levemente mi camiseta y martilleaba mis oidos.
"Déjeme decirle, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esa cualidad"
domingo, 25 de septiembre de 2011
Humo de centrales
Una vida gris de engranaje:
Con sus tuercas y émbolos,
Pistones engrasados en negro…
¿Será otra torre de babel?
O quizá el lenguaje de los cielos,
Decirte que no veo nubes con formas
Que me inspiren sueños y animales.
Si el futuro nada entre sus circuitos
Sobre los ejes de unas manos de sangre.
Y unos ojos con corneas atrofiadas
Por ver sólo lo que ven los ojos
Y no la afilada vertiente del camino.
Nos tiemblan las manos, acéptalo,
Sino será un tic de ojos o insomnio.
Volverá la palabra sonante
Un grito del espectador
Que rompa todos los actos.
Con sus tuercas y émbolos,
Pistones engrasados en negro…
¿Será otra torre de babel?
O quizá el lenguaje de los cielos,
Decirte que no veo nubes con formas
Que me inspiren sueños y animales.
Si el futuro nada entre sus circuitos
Sobre los ejes de unas manos de sangre.
Y unos ojos con corneas atrofiadas
Por ver sólo lo que ven los ojos
Y no la afilada vertiente del camino.
Nos tiemblan las manos, acéptalo,
Sino será un tic de ojos o insomnio.
Volverá la palabra sonante
Un grito del espectador
Que rompa todos los actos.
sábado, 24 de septiembre de 2011
el surco
Me pierdo en este hilar
En este ovillo sin forma,
Sin patrón ni norma.
Los sastres profetan
De hacer trajes unos,
De harapientos otros,
De un sistema de locos.
Y esta lana, este hilo de
esta seda, preciado lino,
¿quién lo procesa?
Quién curte el algodón
Quién esquila la mañana,
Quien acaricia la tierra
Con su sudor y lágrimas…
Siempre habrá campesino
En su forma o contenido
Pues la vida es vida
Y siempre se ara,
Se ara el sino.
En este ovillo sin forma,
Sin patrón ni norma.
Los sastres profetan
De hacer trajes unos,
De harapientos otros,
De un sistema de locos.
Y esta lana, este hilo de
esta seda, preciado lino,
¿quién lo procesa?
Quién curte el algodón
Quién esquila la mañana,
Quien acaricia la tierra
Con su sudor y lágrimas…
Siempre habrá campesino
En su forma o contenido
Pues la vida es vida
Y siempre se ara,
Se ara el sino.
lunes, 19 de septiembre de 2011
.
No pidáis que arraigue raíces
En tierra de asfalto y cemento,
Juro que lo intenté en vano:
Tallo mustia y flor no florece.
No cabrá nunca concepción
Ni del hombre ni de sus lamentos.
Y un llanto de quebranto,
Una sombra más oscura
Regocijada por el silencio
Acecha en abortos de palabras,
Y noto su peso en el pecho.
Ciencia perece cerca de mí,
Yo la vi sin techo,
Desmedrada y moribunda.
¿Qué harán los confiados,
Más bien los cobardes
Que le entregaron sus sueños?
No temáis,
la vida aún guarda secretos.
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