¿algo que objetar?

Eso me preguntó, me miró de frente con la libreta en la mano. A mi me temblaba la voz y sentía que no podia abrir la boca. Repitió otra vez la pregunta y mi respuesta fue la misma, un bloqueo total. Cerró su agenda y se alejó de aquella horrible lámpara de interrogatorio con unos pasos pesados y secos. Se me acercó hasta que me obligó a poner los ojos vizcos y formuló otra vez "¿algo que objetar?" con un tono grave y embotado. Aprete la mandíbula, estaba dispuesto a decírselo, mi corazón se percató de lo que iba a hacer y empezó a latir tan fuerte que movia levemente mi camiseta y martilleaba mis oidos.

"Déjeme decirle, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esa cualidad"

domingo, 13 de febrero de 2011

chispazo

Y como un chispazo que dura lo mínimo suficiente para recordarlo sin estar seguro si fue parte de tu imaginación.

Algo que creía olvidado y me cuesta explicar, sólo una aproximación a un sentimiento... todas las personas, todas las cosas que existen en la forma en que la hago yo tenemos la misma importancia y nuestras declaraciones han de ser tomadas con respeto si así son dichas. Cualquier persona de este mundo no a vivido más de 130 años, por poner un número poco accesible. Así que, quienes son para apesadumbrarnos si creemos que su herencia no es fértil, que sus ideas no nos llenan o motivan. Toda sociedad aprende de su antecesora, así pienso que en algo más de 100 años ninguna persona de este mundo que ahora respira seguirá viva, la única forma de trascender es ser el aire de los futuros suspiros. Dejarles una herencia inquebrantable de sentimientos y creencias, algo que no se puede escribir como si de libros fueran.

Cierto que es algo que puede ser vulnerable desde un punto de vista material, pero te digo que el sentimiento y las verdaderas creencias es algo que llega al propio individuo. Quién es la sociedad para decidir si algo es lo correcto o lo mejor, que no entienden que no quiera dinero ni fama, ni un coche caro, ni una mansión, que sólo quiero lo que amo, y lo que amo no entiende de eso. Que lo que enseña la vida y se comprende por el individuo es la más férrea de las convicciones, no hablo de mecanicismo, ni determinismo, ni de un superhombre nitztiano… no. Yo hablo de algo incomprensible para las masas pero asequible a las personas. Hablo de esperanza y fuerza, hablo de verdadera felicidad sin fantasmas detrás de una finalidad egoísta, hablo que algo que muchos, antes que yo hablaron y que quizá en mis palabras haya mucho más de lo que comprenda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario