¿algo que objetar?

Eso me preguntó, me miró de frente con la libreta en la mano. A mi me temblaba la voz y sentía que no podia abrir la boca. Repitió otra vez la pregunta y mi respuesta fue la misma, un bloqueo total. Cerró su agenda y se alejó de aquella horrible lámpara de interrogatorio con unos pasos pesados y secos. Se me acercó hasta que me obligó a poner los ojos vizcos y formuló otra vez "¿algo que objetar?" con un tono grave y embotado. Aprete la mandíbula, estaba dispuesto a decírselo, mi corazón se percató de lo que iba a hacer y empezó a latir tan fuerte que movia levemente mi camiseta y martilleaba mis oidos.

"Déjeme decirle, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esa cualidad"

domingo, 4 de marzo de 2012

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No puedo escapar a olvidar, me lo recuerda todo. Me lo recordó, hace poco, el propio youtube. Resulta que ya no me caben mas canciones en mi listas de favoritos, y cada vez que introduzco un video nuevo, desaparece uno de los primeros. No hay memoria exenta, a pesar de lo que opinen los sociólogos, filósofos y otros con nombres repletos de "o". Fui borrando, sin darme cuenta, los vídeos de mi adolescencia. Yo creía que todo podría volver, pero veo que la vida se hecha hacia adelante y si no voy con ella seguramente caiga a no sé dónde.

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