Otra noche mirando al techo,
con una oscuridad trágica
con un peso en el pecho...
el baso de lo que soy, vacío,
ni las babas en su fondo
ni gotas que hagan poso...
se evaporó o se bebió
se derramó por amor
o por dios.
Qué raro que ahora que
toco fondo de fango
se que el barro siempre
siempre me acogió:
barro de mis lagrimas
barro de sudor
barro de excrementos
y esputos de corazón.
Barro de mi cuerpo
de mi vida y pasión.