¿algo que objetar?

Eso me preguntó, me miró de frente con la libreta en la mano. A mi me temblaba la voz y sentía que no podia abrir la boca. Repitió otra vez la pregunta y mi respuesta fue la misma, un bloqueo total. Cerró su agenda y se alejó de aquella horrible lámpara de interrogatorio con unos pasos pesados y secos. Se me acercó hasta que me obligó a poner los ojos vizcos y formuló otra vez "¿algo que objetar?" con un tono grave y embotado. Aprete la mandíbula, estaba dispuesto a decírselo, mi corazón se percató de lo que iba a hacer y empezó a latir tan fuerte que movia levemente mi camiseta y martilleaba mis oidos.

"Déjeme decirle, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esa cualidad"

viernes, 9 de diciembre de 2011

Tengo un cuaderno de versos
otros donde cedo por el peso,
tengo una olvidada agenda
con números sin texto.


.El boli de mi vista
ya no escribe salas
donde duermo tranquilo
y pasa todo y la nada.

Aún así hago garabatos
de mis tristes palabras,
mojadas, tinta diluida
diluida por mi agua.

jueves, 8 de diciembre de 2011

.

La gota, que siempre comporta rarezas
se posa, se posa en ventanas y azulejos,
se estampa desde un cielo de lejos
en ella brilla el sol fuerte, y fruño las cejas,
es fria en invierno y comfortante en verano
es sudor otras, y saladas en mejillas de daños.
algunas veces dejan una estela, un eco mojado
se juntan para no estar quietas, y siguen por su páramo
al fin encuentran un lugar, donde nada es en vano
ya sea para evaporarse y ser nube, o mezclarse en un charco.