¿algo que objetar?

Eso me preguntó, me miró de frente con la libreta en la mano. A mi me temblaba la voz y sentía que no podia abrir la boca. Repitió otra vez la pregunta y mi respuesta fue la misma, un bloqueo total. Cerró su agenda y se alejó de aquella horrible lámpara de interrogatorio con unos pasos pesados y secos. Se me acercó hasta que me obligó a poner los ojos vizcos y formuló otra vez "¿algo que objetar?" con un tono grave y embotado. Aprete la mandíbula, estaba dispuesto a decírselo, mi corazón se percató de lo que iba a hacer y empezó a latir tan fuerte que movia levemente mi camiseta y martilleaba mis oidos.

"Déjeme decirle, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esa cualidad"

domingo, 8 de abril de 2012

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Sabes, eres como un estanco
de agua verde, de verdes ojos,
llena de vida, pero oculta...
yo lo sé, vi tu agua
porque una vez, en mis manos,
es cristalina y potable,
demasiado ha llovido en tí,
demasiados inviernos
y demasiadas primaveras,
tu fondo, es casi fango
y si entro, se cuela
entre mis pesados dedos...

Sabes, yo soy como el viento
caótico
con un zumbido de ecos
de un pueblo lejano
lleno de gente y besos,
solo puedo rozarte
si eso, y es poco,
rozarte, tu superficie
tu piel y tus años,
pero estoy disperso
en el cielo y los prados,
y muero,
muero si me paro.

Ojalá evapores
y nos habitemos
el uno al otro
como una nube.



domingo, 1 de abril de 2012

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He encontrado algo,
que está al otro lado
del muro más alto,
no te voy a decir
lo que es,
pero lo guardo
en un saco
que es mi ser.




Yo, como un fantoche,
con una sonrisa pintada
en esta
humana máscara

mientras mi corazón
se da de cabeza,
como una polilla
a la lampara,
con mi tristeza.