¿algo que objetar?
Eso me preguntó, me miró de frente con la libreta en la mano. A mi me temblaba la voz y sentía que no podia abrir la boca. Repitió otra vez la pregunta y mi respuesta fue la misma, un bloqueo total. Cerró su agenda y se alejó de aquella horrible lámpara de interrogatorio con unos pasos pesados y secos. Se me acercó hasta que me obligó a poner los ojos vizcos y formuló otra vez "¿algo que objetar?" con un tono grave y embotado. Aprete la mandíbula, estaba dispuesto a decírselo, mi corazón se percató de lo que iba a hacer y empezó a latir tan fuerte que movia levemente mi camiseta y martilleaba mis oidos.
"Déjeme decirle, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esa cualidad"
viernes, 22 de abril de 2011
lo ignoro
Siento nada, absolutamente nada. Es simple, y cuando pretendo llegar a más, a buscar el sentido a todo esto, sólo consigo silencios de esta vida que no me da ninguna directriz. Quién me dio la duda de mi libertad, quién me dio las ganas de desconfiar, a ciencia cierta lo ignoro. No pedí creer en un dios, tampoco pedí no poder creer en él. No busqué más haya de lo que creía digno, no pedí más de lo que merecía, de quién se debe las imconprensiones, a ciencia cierta lo ignoro. No pedí cargar con el peso del hambre, de la pobreza y de la injusticia en el mundo, quién me hizo sentir culpable a ciencia cierta lo ignoro. No pedí sentirme incomprendido, y que en mi cabeza no haya un pensamiento o una creencia reinante, quién causó esto, a ciencia cierta yo lo ignoro. Quién me hizo alejarme de mis propios pasos y vivir en una vida que no me pertenece, quién me dice que nunca es suficiente, quién me dice que es ya demasiado,quién borró la magia y la ilusión, la confianza y el sentimiento...yo, yo lo ignoro.
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